jueves, 30 de septiembre de 2010

Para Isabel.






Lucía eterna, y vagaba plena, recogía insolente propias orillas azules y verdes y volvía a olores de labios que seguian permanentes en los recuerdos infinitos de dulces sonrisas, de requiebros y lisonjas.


Voló y no pensó, atrapó ensueños con redes de seda y con aletargados recuerdos.

miércoles, 29 de septiembre de 2010

Sigilo sin reservas.






Es perder la forma perfecta de quedar y seguir escuchando los insondables ecos del olvido, de la luz de los puentes ya lejanos, de averiguar lo inexplicable, lo profundo de lo opuesto a lo relativo a lo impensable e incomprensible y vuelta de misteriosos testigos de incrustada mudez y damasquinados epílogos,

martes, 28 de septiembre de 2010

Satisfáceme.






La duda sembrada en la sospecha, conspira contra la indecisión y la vacilación, Esta duda escéptica, este juicio suspendido, esta duda cartesiana. Son los errores no cometidos los torpes secretos que intento esconder junto con todos los errores, junto a las dudas, sospechas y miedos de lo no hecho, de la mentira perfecta.

lunes, 27 de septiembre de 2010

Resueños.







Continua la perpétua solucitud de todo lo extraño, de todo lo ajeno a la naturaleza o condición y produce admiración y resuellos, reseñas de no estar acostumbrado o tumbado en la sombra de lo misterioso y como siempre es excepcional y sorprendente.

miércoles, 22 de septiembre de 2010

El furgón de cola y la locomotora.









Y no dejo de pensar que tampoco es tanto lo que pido. No son impedimentos estos pies que no quieren andar, estas manos quietas que no quieren hablar, esta espalda tan solicitada. Rogar e instar a otros ya no es facil, solo pretender es más cómodo que reaccionar, aspirar y llamar, pero eso si, por favor, sin palabras, solo los forjadores hacen un gran trabajo, una gran labor en silencio, su sigilo es una gran prudencia.


Dame los pasos, los escalones, las puertas, el camino, la vía, una senda escondida, un puente, una pasarela, una luz, un gesto, un movimiento, un parpadeo, una señal. Y aunque ya no me lo creo, sigo esperando.

lunes, 20 de septiembre de 2010

Por qué se rompió.







A la perdida de lo ansiado, lo que yo pensé que quería, lo que era una salida, un hermoso final.


A lo que yo creía liviano le salió caballos de hierro, y lentejuelas rojas de oro.


A lo que nunca pensé y pensé sin darme cuenta de la lucha de volcanes y océanos.

Hermoso gris.






Alguna veces los irreparables encuentros supuestamente fortuitos hacen volcar las metas, cambian los pilares y vuelve a recordar los imprescindibles, lo esencial y preciso de lo antiguo; lo trasnochado de lo anterior, de lo casi olvidado y querido.

viernes, 17 de septiembre de 2010

Cimbrar.






A la menor sombra de desinterés en el ahinco de la indiferencia, de la desidia formada por abandono, dejadez, descuido e insulsa lucidez. nació la vuelta de una nueva desilusión, un nuevo desanimo.



No sé de qué me quejo, si tengo lo que quiero, lo que yo te amé no es nada para ti.

jueves, 16 de septiembre de 2010

Fortuna.






Los quietos y permanentes resultados de no saber las irremediables fortunas de los imposibles resquicios de lo irreversible, irreparable, irremediable. Abierta la grieta en muy dificil ya los cambios, yo sé ya que ya no queda lugar, y no quiero que me devuelvas lo que ya di por perdido.


Visto de algún modo queda algo, queda un mundo para vagar, queda temor y alegria, y esta tonta felicidad de llegar a la cumbre y sentirse invencible e indomable.

miércoles, 15 de septiembre de 2010

La entrada a los sueños.





Pasa la dulce hora de los pensamientos, los momentos inolvidables están inquietos y emergen realidades, sueños y pasan Parmenio y Alexander. Dejan la huella, la marca sobre la piedra, se abren las negras murallas, los siete discos de oro y los remolinos de arena del desierto. Los aromas, las letanías, los innombrables hablan a ciegas sobre otros mundos imposibles ya en éste.

martes, 14 de septiembre de 2010

Coronas.







Solo el tiempo sabe de atender y dejar libre posibles e imposibles y capaz de cautivar, de enredar con telarañas y marañas de brumas, es caprichoso y travieso. Nos empeñamos en medirlo, atesorarlo, buscarlo, pararlo; nos obsesionamos hasta darnos cuenta de que siempre lo perdemos; pero el tiempo no existe, no se puede tocar y nos damos cuenta que solo pasa.

lunes, 13 de septiembre de 2010

Anoche.






Y como siempre sigo llorando, solo, porque se va, no es lo que sueño todo lo que se queda, es solo una cicatriz más, es un hilo que sigo por túneles.


Es tu viento el que inflama, es tu soledad la que me llama. son todos tus rincones a donde viajo una y otra vez.

Él era.





Había un gesto inconcreto, un movimiento impreciso con el que lo llenaba todo sin que nadie se diera cuenta, simulaba con los ojos ver colores dulces y lentos rondó.

Dió muchos vuelos, muchos baules abiertos, y recogía entre largos momentos tardes con ventanas abiertas, subia escaleras y recorría pausado y sosegado pasillos de puertas blancas.


De donde vino, yo me fuí, se sentaba en el jardín solo y sin darse cuenta cantaba.

lunes, 6 de septiembre de 2010

Indagar.






El resultado de infructuosas pesquisas, inútiles e ineficaces, la investigación de las opciones, la indagación de las posibilidades de elegir, de hallar, de descubrir los elementos esquivos, son solo resultados de deliberaciones que se suman a las largas listas, a los montones de enumeraciones, los conceptos de la mecánica ondulatoria, los principios de incertidumbre.

viernes, 3 de septiembre de 2010

Desde la ventana.







Esta tonta manía de pensar y querer encontrar los momentos, las esquinas, los giros, las vueltas, las subidas, los encuentros, los tropiezos, los obstáculos, las pérdidas, los hallazgos, los descubrimientos y los significados, sobre todo los evidentes, los superficiales, los que saltan a los ojos, los inventados, los preferidos, los seleccionados.

jueves, 2 de septiembre de 2010

Perdido.







Seguro de pensar siempre en soluciones eficaces, en resolver problemas ocultos, en mirar donde nadie mira, en saltar charcos profundos, en vadear, ignorar, hacer caso omiso de palabras malintecionadas. De siniestro oscuro se volvio lo diestro claro, lo intangible vehemente resolló, y lo nunca pensado por miedo o por ignorancia vaciló, titubeó lo cierto, lo aquello.

miércoles, 1 de septiembre de 2010

Y que tenga un gran sombrero.






Y de la nada brotó, salió errante, brillante como una olla, recorría habitaciones enteras, largos pasillos, no cantaba, solo tarareaba, separaba continentes con su mirada y los ríos fluían del revés, daba golpes con la mano abierta. Era hombre lento, de movimientos rápidos, de palabra fácil y torpe de entender, tenía zapatos hoscos y calcetines cortos, para pies pequeños y pasos largos.