martes, 28 de marzo de 2017






     



Tanto tiempo, tantas esperas y todos los silencios acumulados, envueltos en delicado papel de seda, primorosamente guardados entre todos aquellos momentos lejanos y dulces que no volverán, tantos olvidos, tantos pasos perdidos buscando tu camino, quizás tus manos, tu espalda, tus ojos y tus labios.


Y tantas, tantas palabras.

lunes, 27 de marzo de 2017








Todo también piensa con las mismas miradas, con los mismos recuerdos, todas mis palabras cambian sin sentido. Solo con un pequeño movimiento todas las cosas vuelan, las piedras sueñan, las nubes rugen y los silencios se alargan como días de eternas miradas, de pequeños suspiros de todo aquel amor que se fue, que se marchó un día sin hablar, sin tocar, sin mirar. Pero sin querer vuelve e inunda y siente y se vuelva más hondo, más tierno, más dulce y doloroso.
No pasa el tiempo sobre todas las cosas lentas que ya no se mueve, todos aquello momentos de piedra se derriten y vuelan hacía otro cielos, hacia otros regresos en otros brazos.


Quédate aquí, siente mi pecho frío como el hielo, vuélvete sueño y yo recuperaré todas tus miradas perdidas, calentaré todas tus palabras dulces, calmaré tus anhelos, tus deseos, desataré tus manos y todos tus silencios.

viernes, 24 de marzo de 2017





   


Siempre espero una respuesta, una palabras, simple, dulce como la brisa, lenta como algún pensamiento perdido, siempre busco todo lo bueno, lo mejor, lo más estimable y valioso, siempre me siento y aguardo, algunas veces pierdo los momentos y olvido todas las palabras, todos los motivos que me hacen permanecer quieto, que me hacen sentirme a mi mismo y seguir esperando y buscando, siempre todo lo bueno, lo mejor.

jueves, 23 de marzo de 2017






  


Tal vez olvidé aquel silencio, o aquella palabra nunca dicha, o aquellos pasos que murmuraban a mis oídos. Tal vez olvidé todos mis inquietos ruegos a tus pies descalzos a tus manos demasiado lentas y pausadas Y te pido la verdad y como siempre callo, por no exigir, por no esperar nada. Nadie me prohibe la melancolía, nadie espera mi llanto, ni siquiera yo espero mis lágrimas, nadie me prohibe la soledad o el recuerdo, ya no intento guardar los sueños ni las tardes aquellas llenas de palabras dulces.