Solo algunas veces.

No pasa el tiempo en esta mano de piel fina, que agarra con fuerza, curtida de mapas de lineas curvas, y todo acaba y luego empieza, parece distinto, pero parece igual, mientras que miro cuanto cuesta verlo todo pasar.

Ingeniedad, sombras y luna.

Lloraré lágrimas de piedra por los recuerdos que no tengo, por los barcos que no partieron.

Si alguna vez.

Se me olvidó, no lo puede controlar, se escapó, volvió y se escondió.

Intentar.

Lejos de algún lugar donde no encuentro remedio, ni pisadas que lejos de otros momentos suenan, a olvido, a intentos, y pruebo a ofrecer llegadas, procuro y aspiro a desear, a querer, pero son anhelos fingidos de falsos movimientos, no es pasado todo lo que llega, no es silencio todo lo que suena, hay música y movimientos, aunque es etéreo y flota.

Pensamientos.

Cuando encuentre razones inevitables de seguir persiguiendo dudosas estelas, rastros de objetos en movimiento, seguiré huellas, seguiré parado y pensando. Inundaré con mi mirada mares, océanos, cielos, lograré universos.

Sigilo.

Diestro y sigiloso , deambulante de letras, de frases eternas dichas sin esmero, sin cautela, internas y con pereza, con secretos, sin reservas y cautelas, disimula en silencio y no calla, sigue sin pausa, es un baile acompasado, aletargado pero denso, sutil e inmenso.

La ausencia.

Separado del absoluto reposo, de la eterna lejanía, de los días de partida, de la marcha de lo inevitablemente largo. prefiero omitir, fingir verdaderas realidades.

Lo invatible.

Ajeno a lo evidente, inalterable y pensativo.

Sé de otros luegos.

Ayer logré, intenté, ayer encontré razones, motivos, ayer sentí, descubrir, luego caminé, vi, hoy sigo buscando, pero solo espero, cada vez me pierdo menos, cada vez quiero menos.

En el aire.

Vuelvo a los lugares comunes, donde todo era azul, todo era todo, regreso y busco, pienso solo con los ojos cerrados, con mis salones abiertos, y los cristales de ayer, las ondas, vuelven los océanos, vuelven, las lentas y largas idas, los pasos inalcanzables ahora cercanos ayer y bailo, pido en silencio, largas sombras con colas, con alas, con piernas, con anagramas y métodos cartesianos.

Disfrutar con lo inusual.

Perdí y no olvidé, llegué a donde antes quería, a tu cuarto ya vacío, a tu cama ya casi fría, pasé mi mano por momentos, por sigilos, por nobles orígenes, por sábanas,e intentos casi fallidos de dudosa calidad, de entredicho esmero, y vagué sin sentido, sin remedio, queriendo pedí perdón y volver, y seguir buscando, seguir esperando.

Miramiento, miedo y temor.

Si llegué a pensar en otras veces cualquiera que tal vez no fueran vanos intentos, solo tendidos pensamientos, como brillos sobre aguas, no fue intenso, no fue luego vuelvo, solo pensamientos, indolencia e incapacidad, fueron intentos de letargos, insensibilidad y finalidad de indiferencia y dolor.

Altos árboles merodeadores.

Lugares inesperados, viajeros del tiempo con maletas de largos olvidos, de sombreros grises llenos de recuerdos, inquietantes momentos, idas, y estaciones de tiempo colgadas en el espacio, en rincones, en estelas de trenes y en vagones lejanos.

Cuando veo flores pienso en Carlos.

Tan lejos y tan adentro, tan liso y claro, tan destino y tan enamorado, tanta piel, tantas manos, tantos besos, y tan dulce la distancia, tan delicado, tan intenso, tan callado,

Alerta

Ir tirando de finos hilos, trenzados desde esquinas, desde salientes, desde palabras fingidas, mudos hilos de tirantes colores, que reniegan venturas y aceptan intenciones, son internos los simples motivos que continúan alargando y cediendo, continúan las resistencias y yo me replego, me rindo y cedo, débilmente disminuyo la resistencia.

Cuentas no resueltas.

Por si pierdo todos los momentos, todos los movimientos inciertos, los inseguros, los que no quieren quedarse, los que se encuentran y pierden por casualidad, estaré siempre esperando, bailando entre árboles, girando sin miedo y con los ojos cerrados, estaré siempre perdido, esperando ser encontrado de nuevo, como aquella primera vez,

Balcones suspendidos.

Son los planetas los que giran y dan vueltas, tontas y absurdas vueltas en este inmenso universo de astros errantes, divagantes que todos quieren ver, todos quieren tocar, como yo que siempre vuelvo al punto de partida, parece continuidad, aparecen cosas nuevos, reflejos, inventos de cartón, siempre es lo mismo.

No sé que tienen.

Que parece que no lo sé, ni me parece saberlo, solo cuando no miro, es solo cuando mejor lo veo, y solo parece lo que es, aunque algunas veces me gustaría que fuera lo que parece, lo que le gustaría parecer, aunque me cueste pensar, en otros modos de vida, en otros momentos que ya no son estos, son intentos forzados, de formas malinterpretadas, deformadas por cristales cóncavos y últimos intentos, y esfuerzos, inactividad absoluta, reposo profundo y torpeza, la más maravillosa torpeza.

Algún día.

Qué me pasará, todo está cambiando, el suelo se mueve, vuelvo a llorar a intentar retener, quiero pensar en posibles, en otro amor, uno nuevo, brotan cosas de cenizas, de tierras yermas y soles antiguos.