lunes, 30 de abril de 2018








Sé que tu corazón es duro como las piedras, que no derriten las palabras ni las miradas, que no tienen sueños, que son solo abandonos, que parece ahora que vuelan y surgen de otros tiempos, de otros lugares, que no son las lunas con sus cuartos menguantes, las que giran y giran en sentido de no se que agujas de cualquier reloj, que no son sueños ni tampoco mentiras ni siquiera recuerdos guardados o errantes de cualquier cielo rosa. Déjame entrar, tengo tanto frío dentro de mi, déjame tocarte y yo sabré enseñarte nuevos caminos, yo te enseñaré otras ciudades, lejanas, con calles silenciosas que se mueven y huelen a especias y a nubes y guardan sonidos y sabores.