Sin aliento.

Altos árboles, de lentos movimientos, de hojas de seda color transparente, color aire, olor viento, sabor vida, sabor agua, de tardes y ocasos, de noches y ríos, de piedras y arenas.

Lucuacidad lamentable.

Algo que se parece, que no llega, pero que lo intenta, no es incierto, no es peligroso, pero lo quisiera, no es fuerte, pero si poderoso, no es débil, pero si delicado, profúndamente impresionables, receptivo y perceptivo.

Al alboroto.

De la forma interna en que buscan los motivos, los recuerdos inventados, no son luces, no son mentira, es la forma intensa en que busca sin descanso, y no son perdidos todos los intentos, se quedan guardados, esperando otras pesquisas, otros movimientos más perfectos. otros resultados más óptimos, inmejorables, perfecto, impecable.

Elogios malversados.

Simples incompuestos, desastrosos inesperados, congeniados internos, alentados e irresistibles, ineptos responsables, prolongados alterados, transeúntes incongruentes, desalopados inactivos, dormidos inquietos, inadvertidos costosos, alterados plausibles, insomnes perdidos, tranquilos preocupados, turbados lamentosos.

En cuanto pidan.

Hoy es más tarde, pero más temprano, sé de mares, y de cartas náuticas, intento lograr olas que continúen y suban, y acaben en bocas, pienso en vientos que arrastren y barran, que borren y empujen.

Todo.

Cuando fui, cuanto, después, o luego, será, y vendrá, renacerá, tendrá, mirará, pensará, tocará, imaginará, soñará, y poseerá, será todo suyo, beberá, moverá.

Hola, mira ahora.

Qué es lo que se perdió, fue en un momento, de instantes recuperados, medios sentidos, arrebatos y palabras, fue noche larga la que pasó y cristales y luegos retardos, hasta cuando, volverá, mirará, es nunca la respuesta, es pisar, andar, restituir, añadir, seguir sin mirar, o no molestar, silencios, otras miradas, otros recuerdos.

Dilatado.

Qué es residir una vida inquieta, una vida de ilimitados interiores, cercos de rencores, habitar recelos, trasnochar pendiente de seguros brazos, de labios extensos, es ver cara a alguna luz, a imitaciones invencibles y ante imposibles.

Retroceder.

Me pierdo y no puedo, he buscado, he traspasado, y he roto los pedazos, los pocos sigilos, los perdidos tiempos no recuperados se amontonan, se alientan en cajones, en cajas de cartón gris, y quiero más, no hay sentidos, ni maneras, hay tiempos compuestos, paralelos y rendiciones, y no me encontrarás.

Continua lento.

No llegó, como soy, lo que ya no soy, mejor lo que fui, lo que nunca será, lo que moverá, lo que pesará, lo que regresará, lo amable, lo lejano se acerca, invade y aletarga movimientos sobre tardes, sobre pobres instantes de autenticas mentiras, rasas y alembradas.

Ahora no soy yo.

Suena a tantas cosas, ya se mezclan los sonidos, los calores de tactos lejanos, de manos, de vuelos, de azul más profundo, de cantar, de abriles, de llevar, de noches y licores, de vientos,de cristales y camisas sin bolsillos y pequeños botones.

Los que lo perdimos todo.

Lo que queda después de todo no es tanto, son palabras embarradas, secuestradas y algunas veces entumecidas, rescatadas de un simple naufragio, que pensé eterno, que pensé desequilibrado y más torpe que nunca, resbalé, volví a perder sin darme cuenta el tesoro, que se hundía, se perdía en un claro abismo de silencios, al final finjo y sonrío, y sigo andando, algunas veces adelante, otras atrás, luego me desvío y solo doy tumbos

Mantener asido.

Si tendieras las manos lejos, y poseyeras cosas, adivinarías los instintos, los supuestos giros de la vida, corresponderías estados y cualidades, contenderías y comprenderías los intentos, los torpes sufrimientos y construirías nombre, imágenes quietas de dulces instantes.