viernes, 3 de diciembre de 2010

Abstraerse.





A las alas de plumas recogen, juntan y reunen, anudan y entrelazan, sin cuidado y sin interés, sin esmero, solicitud expresa y en su recelo, teme y preocupa, reune letargos intensos, y viaja sin duda dando aires y aguas y resolviendo vientos. Y aletea una y otra vez, sin temores inciertos, con costumbres de imprecisas y borrosas cuestiones que se repiten, se resuelven y vuelven. Es la boca la señal que el tiempo para, que los encuentros inacostumbrados tumba y alertan con perspicacia y con emoción.

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