A ti que todo lo das.

Ya sé que no sabes, que las palabras quedaron olvidadas, atadas sin lazos, sin nudos, sin días de antes, que luego se fueron, y sigues ahí entre bosques de piedras, entre largos pasillos, tendiendo puentes ajenos, lentos movimientos para tus manos y sigilos y risas, contigo el tiempo se duerme, se hace lago, cristal, contigo las noches son dulces, son blancas, como sábanas, son menos oscuras, son de verdad los pensamientos tristes, lo lábios de los rios, los momentos inéditos, almacenados tras otras esquinas, tras silencios y banderas de colores, en continuos desvelos los intentos perdidos quedaron separados de todo sentido, de todo concierto.

Las farolas de ayer.

Con el aire se aprende a perder, a volar con vientos prestados, entre otras ganas y a solas se oye mejor, es no tener, es más viento, es pedir e ignorar, a solas se ve más lejos, se siente menos, y se pierde más, penas verdes, no hay dramas, no hay nada, que bien se miente, cuando las mentiras son verdad.

Alguien sabrá.

Y si algún día te vuelvo a ver, te miraré, si alguna vez te vuelvo a tocar, aunque sea de lejos, de soslayo, o de puntillas, te oiré, dame la pauta y yo sabré seguirte. dame la palabra exacta, la que despierte lejanías, la que mueva y levante. búscame, que yo sabŕe encontrarte. ven y dibuja en mi espalda, en mi cara, yo aprenderé de nuevo a tenerte cerca, a tenerte lejos.


Una nueva historia, y mil veces la misma, no es la luna la que brilla tanto como tú, es la mitad de esta almohada la que me acompaña, la que sigue fiel a tu cabeza, a tu sien, a tus enredos, son las esquinas las que lloran por ti, no yo, yo solo espero, porque sé que alguna vez lo imposible volverá, sigue llamandome, que yo sabré recordar, valorar, sentir, revolveré sombras inquietas, y seguiré mintiendome, doblando palabras, negandome a mi mismo todos los sueños, todas las palabras.

Finalizado extraordinario

Si vuelves, espera, y sigue mirando, virando y sustituyendo, es esto todo, no esperes más, y sigue mirando, tal vez encuentres cosas, seguro, sigue mirando, están ahí, soñando contigo, duermen y laten, ya no saben si sienten, por esta separación de siglos, de millones de momentos, que están semiescondidos, aletargados por dunas, por continuos vientos, por sillas separadas, por kilómetros y noches, es que ya no sientes, ya olvidaste las palabras, se quedó en algún lugar los momentos, los intentos incorrectos, las pequeñas satisfacciones, las canciones y las fotos.

Razones y acechos.

Si es algo aparecido, solo es lontano, y me hiciera falta tratar, aguardar, aguantar y confiar, es solo mentir con elegancia, para creer en futuros, en nubes, son esperas supuestas, asimiladas tras años de prácticas, es el nombre, es la mano, la lenta y fugaz luz que apenas se ve.

Insolente inconstante.

E imperdonable, nada es olvido, más que permanente y nace y sigue inconsecuente, apartado de caminos, de pensamientos ajenos, veleidoso inalterable, como me gustas.

Perfecto incondicional.

Insuperable e inigualable. lo inherente de lo complicado, lo expuesto, lo tan consustancial, e innato y relativo, lo peligrosamente bello, lo raro y mareante, las altas aventuras, comprometidas y dificiles, reveladas cuando son separadas de repetir y recordar, o es mejor olvidar, nunca, di volveré, di siempre, aunque no me lo crea.

El sabor.

Se añade a lo instintivo lo turbio, lo ajeno, lo querido se vuelve extraño, por las dudas, por los miedos, lo singular es atractivo y peligroso, y continúa lo excepcional, lo misterioso, las inoportunas horas que siguen girando, dan vueltas siempre hacia atrás, siempre a otros tiempos, cambiados por el polvo del abandono, por lo excitante del viaje el tiempo pasa y marca, y surca con canales.

Por favor.

Ya está otra vez aquí, ha vuelto, no ha dicho hola, solo ha hablado como ayer, a utilizado sus palabras, aquellas que tocaban y hacian sentir mundos, hacian temblar, derretian glaciales, inundaban y mecian, han brotado de sus manos, aquellas que no tocaron, aquellas dulces y lentas, ahora es el momento, ahora.

Así soy yo.

No daré un paso atrás, no pienso renunciar a todo lo que tengo, a todo lo que soy.

Todo a un tiempo.

Como los mismos sentidos, los escondidos tras años de pereza y miedo, miedo a la pérdida oportuna, la única inconclusa, la llamada a ratos, a tientos, por largos caminos, caminos borrados sobro huellas, por otras arenas, otros recintos cerrados, otras distintas y cercanas.