viernes, 18 de noviembre de 2011

A ti que tanto quiero.








Qué hago otra vez, igual que siempre, es este volver el que me cambia poco a poco, el que parece que mira dentro de mi, y revuelve y saca cosas, cosas cubiertas del triste polvo de las cosas que no fueron, de los barcos que no partieron, aquellos que eran blancos, con grandes velas que ondeaban como pájaros, como sueños, esos que no se olvidan, esos que persigues, por calles, por túneles con los ojos cerrados, y con las manos abiertas, y vuelvo a decir no, vuelvo a pensar en otros barcos, listos para nunca partir, para nunca encontrar otros puertos.

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