miércoles, 13 de junio de 2012

Se me olvidan las cosas, se me olvida el calor de tu mano, la suavidad, las noches y los cuadros, llegan las sombras sin dueño, los eternos árboles cuajados de estrellas, de luces que no se apagan, las largas avenidas de pasos intermitentes, de suelas de otros zapatos, de sueños que saben a bocas, a cuellos, a brazos y a rios de aguas verdes y frias, llegó como un tren, con las puertas abiertas y se fue rápido, siguió su camino, otro camino, que no es el mio, que no es el mismo camino. Quiero contar números y leer letras de nombres desconocidos, de lentos significados, para que corran por mi garganta, como perros, como galgos, como silencios de labios inquietos, de risas, de separaciones inciertas y repetidas, mientras recuerdo en silencio, aunque a veces se me escape tu nombre.

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