Que no fueron, que se quedaron escondidos y tímidos al paso del tiempo, del olvido.
Que se marchó y dejó la tristeza quieta, la melancolía junto a la puerta, los pasos solitarios y lentos, y los caminos vacíos como grandes tinajas, como desiertos hambrientos de frío, las largas esperas llenas de silencios y vueltas a otros tiempos a otros lugares cada vez más lejanos y perdidos.
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