jueves, 19 de julio de 2012

Escribiré lentas palabras para poder dejar de pensar, para intentar otras cartas ya escritas, seleccionadas bajo tutelas errantes, encerradas entre libros escombros, entre puertas gruesas, sin rastro de lenguas ni dedos, solo sobre tejados mojados y chimeneas de inviernos, con hojas de árboles azules y soplos livianos, con más labios, y seguiré pidiendo con lo que me queda entre los dedos,

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