jueves, 18 de febrero de 2010

Un rio



Soy un rio, de aguas bravas, que bajan llorando, que baja en silencio tendio; un rio de piedras oscuras y piedras de viento; un rio que muerde las orillas de sus verdes bocas de aliento frio.

Hoy me he convertido en un rio, un rio que fluye incesante de palabras olvidadas, de palabras de noche, de luna, de valor y de cuerpos vestidos de agua.

Un rio, un rio de melancolia que busca amaneceres de ojos, amaneceres tibios de hojas de árboles caidos.

Hoy solo soy un rio.

Un rio que teje sombras entre lirios, con manos sabias de piel de escarcha y troncos retorcidos. Vueltas de antiguas piedras de invierno conmensurable.

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