jueves, 18 de marzo de 2010

Ventajas de no ser automático.





Por si algún día vuelves
yo ya no estaré esperando.

Mis labios ya no te recuerdan, ya me cansé pero no olvidé, ya no espero, y ya no quiero.

La puerta ya no está abierta, la cerré yo.
Ya dejé de mirar por la ventana.

Para los que esperan, para los que no vuelven.
Todas las horas que quedan.
Todos los minutos enteros.

Ya los relojes no quieren dar la hora, porque las manecillas se encogieron. Se han cansado de dar vueltas, de subir y de bajar. Y tú sigues perdido sin saber que yo ya no te espero.

No hay comentarios:

Publicar un comentario