Largos y lentos, es la prisa la que mata todo lo que se mueve, todo lo quieto permanece, se establece con desición y parsimonia de piedra, con silencios de hojas y damos vueltas inquietas, sin pensar en el tiempo, ya que no existe, porque cuando lo buscas no está, no lo encuentras, donde se esconde ahora los momentos, esos en que tus manos eran frías, y reposaban y se agitaban y parecía que temblaban esos dedos largos, esos que tapaban mi boca.
Toda una llamada de auxilio! y me refiero a la foto...
ResponderEliminarAhora sólo estoy mirando las imágenes, ya leeré. Ésta me ha provocado algo que hacía mucho que no sentía: las ganas de escribir un comentario en un blog.
besinos
Que fresco sentir tus palabras, se me había olvidado, ahora es mejor pedir auxilio.
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