Los intocables nexos de los objetos perdidos, hallados anteriormente en revueltas de inconstantes deseos, de lúgubres sombras e inalterable felicidad, oscilan y penden, retienen búsquedas y anhelos, sueños incompletos e impensables secuencias de encadenadas lejanías e infortunios, son lentos los minutos y eternas las horas, son paraísos lejanos los días de antes y los encuentros del después, qué hallaron estos ojos, que perdieron estas manos, si nunca te tuve.
jueves, 3 de febrero de 2011
Facil elocuencia.
Los intocables nexos de los objetos perdidos, hallados anteriormente en revueltas de inconstantes deseos, de lúgubres sombras e inalterable felicidad, oscilan y penden, retienen búsquedas y anhelos, sueños incompletos e impensables secuencias de encadenadas lejanías e infortunios, son lentos los minutos y eternas las horas, son paraísos lejanos los días de antes y los encuentros del después, qué hallaron estos ojos, que perdieron estas manos, si nunca te tuve.
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