Ayer nunca será hoy y pienso en mi boca y en dulces pasiones, y en el ritmo de las cosas que pasán sin dejar huella y sin dejar sufrir y sin impresión visible y pienso en contactos, en dactilogramas, en espaldas desnudas, en movimientos suaves.
Hoy sigue sin ser ayer, pero ya no siento lo que pienso, o no pienso lo que siento, todo sigue siendo lejano a ritmo lento de otras cosas que parecen las mismas que ya no marcan, que ya no fijan, ni determinan, ni indican cantidades, ni magnitudes y los oceanos no mojan.
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