Llega sin decir nada, sin imaginarme ni por un momento de lo que es capaz de hacer.
Tan solo se instala en un pequeño rincón y día a día se hace fuerte, crece, inunda, llena, y sobrepasa las barreras que instalo con mucho cuidado, las rompe.
Y no me doy cuenta.
Me dejo llevar y poco a poco parece por momentos que las manos se van solas, las reaciones no sorprende, no me da por pararme a pensar qué hago, qué digo, y sigo, cada vez vuelo más alto, cada vez todo el más pequeño, pero yo nunca miro atras, nunca miro hacia adelante, nunca miro hacia abajo, tan solo cierro los ojos y no pienso.
No hay comentarios:
Publicar un comentario