lunes, 7 de junio de 2010

Como juegos inocentes.






Las mañanas sentadas al borde de la ventana, mirando siempre la llegada.
Las tardes acostadas sin sueño siempre esperando.
Las noches en vela siempre paseando, fumando el tiempo sobre una espalda tranquila como una playa desierta. Como un sueño azul que se mece sereno, sosegado.
¿Fué la llegada el principio?, ¿o ya había empezado? antes que llegaras ya estabas aqui.

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