martes, 22 de junio de 2010
De bolsillo.
Y yo que pensaba en los mundos sin límites, en los parámetros, en las convergencias, en la continuidad, en la derivación, en la integración.
Ahora que mi cuarto es todo un mundo, las paredes planas se curvan, el techo se hace transparente y el suelo flota.
Los mundos sumergidos ya no son enigmas, y yo llego a mis límites notables, a la demostración de mis funciones. Llegan e intento simplificar en un ente imaginario.
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A esa incógnita de ente llámala "X"
ResponderEliminarVenga, vamos a llamarla X, aunque yo prefiero llamarla Loli, o Pepito, o Ramoncito, o Pili. Pili X queda muy bien.
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