A las pequeñas fatalidades, que creen en nada, en lo superfluo y efímero de momentos locuaces y tráficos ilimitados, en inviernos antes blancos y luego grices, con nubes y vientos silenciosos, parece la verdad cada vez más falsa, cada vez más lejos de la realidad, esa que te anestesia los sentidos, primero los piés y las manos, y luego la piel.
miércoles, 6 de octubre de 2010
Algo más lejos.
A las pequeñas fatalidades, que creen en nada, en lo superfluo y efímero de momentos locuaces y tráficos ilimitados, en inviernos antes blancos y luego grices, con nubes y vientos silenciosos, parece la verdad cada vez más falsa, cada vez más lejos de la realidad, esa que te anestesia los sentidos, primero los piés y las manos, y luego la piel.
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