A las noches perdidas de licor y roces desconocidos, de fondos de búsquedas y apariciones de a veces flotar y pensar sin dormir en selvas cálidas, se quedan colgadas de no sé qué cielo de color perla, de color marfil y olor a maderas de oriente, de cajones sin revolver, de salas largas y amuebladas de lirios altos y juegos eternos, son susurros estos ecos que vuelven en esta cabeza aletargada de algodones, son nombres y arañas de cristal, son pasos los que vuelven en silencio a sobrecoger este pecho y estremece y emociona.
viernes, 22 de octubre de 2010
Quién continua.
A las noches perdidas de licor y roces desconocidos, de fondos de búsquedas y apariciones de a veces flotar y pensar sin dormir en selvas cálidas, se quedan colgadas de no sé qué cielo de color perla, de color marfil y olor a maderas de oriente, de cajones sin revolver, de salas largas y amuebladas de lirios altos y juegos eternos, son susurros estos ecos que vuelven en esta cabeza aletargada de algodones, son nombres y arañas de cristal, son pasos los que vuelven en silencio a sobrecoger este pecho y estremece y emociona.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario